Por Astarté.
León, España.
“Pienso que el mejor modo de rendirme honor es
acogerme en el corazón (sucede dondequiera y con frecuencia) y dejarse guiar
por mis consejos en cada pensamiento y acción”.
Erasmo de Rotterdam
El
elogio de la locura.
Bueno, es que por lo visto, hoy te levantaste con uno de esos malos
momentos, que en sus buenos tiempo los críticos del arte hubieran llamado belleza decadente. Vale la pena verte
las greňas al viento, la cara grasienta, verdadero asco de figura, para darnos
cuenta de que te has abandonado a las redes del olvido. Y tu estado fatal me
importa, claro que sí. Porque yo te hice reina y gracias a mí llegaste al trono
de los ángeles. Y ahora me pagas con este apecto de grima... Ya sé que el lunes
no es buen día para nadie. Después de un domingo, tendría que venir un sábado
para ser felices. Nos asalta, sin embargo, el lunes de mierda. A levantarse, te
guste o no. A tragarse un buche de algo, te guste o no... A joderse, aunque no
te guste la idea. Eso, por supuesto, no impide que nos peinemos, nos lavemos la
jeta, nos vistamos como hijos de buena familia y salgamos a buscar la fortuna
que nos toca. Y ésta, si llega, bien. Si no, qué le vamos a hacer... Recuerda
lo que decía mamá; eso de A mal tiempo
buena cara... Ayer, por ejemplo, vi que la vecina se asomó al portal para
saludarme. ¡Vaya asombro el mío! Es que no lo hacía desde que la hija se fue
con el marrano del bodeguero. No tenía el coraje de asomar la nariz para
saludar a la gente. Y ya ves, se cambió como el viento. Algo estará tramando y
busca el consenso del vecindario, digo yo. Y para salir al portal a pasar por
cordial y afectuosa se pintó que parecía una postalita de Vanidades... ¡Ay, niňa!, que el hábito hace al monje no te lo tengo
que decir. Lo que me extraňa de todo esto es que tú, sabiendo que hoy es el Día de los fieles dementes te portes
así, indiferente ante la vida que pasa y no te pregunta qué deseas comer de
postre. Mira, que al final, a pocos interesa si comes o no. Entonces, ¡péinate
al menos, linda! Tira afuera la raya que empata tus senos bajo el escote
pronunciado. Declárale la guerra a las hormigas y vuélvete ave de rapiňa, que
hay presas por doquier y espacio para la caza. Móntate en la grupa del que más
te guste, salamera y puta como gata en celo. Recuerda que cuando Dios inventó
la luz, lo hizo mirándote de frente, corazón. No te acoquines, no te
amilanes... Quítate las bragas y lánzalas al viento, para que todos vean que
eres hembra. Hoy es lunes... ¿y qué? Lo mismo si fuera sábado o domingo. Dile a
los incrédulos que la fiesta no se ha terminado aún. Que hay baile para todos.
En fin, no me defraudes ahora, cuando más falta me haces. Tengo que salir,
belleza. Terrible y altanera tengo que salir. A liar almas en pena. Me sirve tu
fuerza de carácter. Tu espíritu gitano. Tu sangre y tu cuerpo de luna de plata,
niňa maldita, divina locura...
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