PALABRAS A MIS LECTORES

ALGÚN PAJARILLO ME HA CONTADO QUE EN ESTE IR Y VENIR POR EL UNIVERSO INFINITO ENTRAMOS Y SALIMOS (SIN DARNOS CUENTA DE ELLO) POR LOS POROS DE LAS SENSACIONES.

EN TAL CASO, PIDO QUE LA SATISFACCIÓN DE GOZAR LO QUE SENTIMOS NO NOS ABANDONE NUNCA Y NOS LLEVE A TOCAR UNA ESTRELLA: LA NUESTRA.




miércoles, 7 de noviembre de 2012

Filosofando: El color rojo.




Por Astarté.
León, España.


En culturas como la china las novias suelen vestir de rojo para el matrimonio. Comentario aparentemente banal, si no pensara en el rojo como en el inicio de un ciclo cósmico-energético, contenido y continente de la cópula genital del Universo.

Mulhadara, primer chakra, encuentra su complejidad simbólica en el color rojo y en lo que éste representa. Se dice que el poder de la Kundalini (concentración de energías esenciales de naturaleza cósmica, espíritu del yoga) se activa “en rojo”. Colocada a la base de nuestra región sacra, la serpiente despierta de su reposo latente, encendida por la chispa de fuego. Aries y Scorpio representan este despertar en el plano astrológico, donando a sus hijos un a veces extraño sentido de reacción inmediata ante los estímulos circundantes. El vino, la sangre, el hierro y la masa ígnea... Marte y sus hijos, la ira, el sexo, la carne... La tierra, el fuego, los estados de excitación... Todos ellos, histriones del color rojo en el ser que todo ser es.

Acabo de leer una nota informativa que habla de medidas adoptadas con fines “ideológicos”. Aparecía en una tira periodística, en el extremo izquierdo superior de un tal diario, de esos que pululan y chancletean por estancos y bares de cualquier ciudad. Y lo que más llamó mi atención fue el uso del color rojo como fondo del texto. ¿Es rojo el comunismo? O mejor dicho, ¿por qué lo han querido pintar de rojo? ¿Señal de alarma roja?... Buena pregunta. Pero algo me dice, por experiencia, que la ideología no tiene color definido. Como los sueños figuran en claroscuro. Y somos nosotros quienes, según corre el viento, las pintamos de un color o de otro. La idea de Navidad “exige” el rojo, induciéndonos a pensar en el tema del nacimiento (¿versión de la tradición cristiana de la Kundalini que despierta?...). También el demonio (su representación) viste de rojo. Y no hay diablillo que no tenga un tridente rojo, como acabadito de sacar de una fundición entre las llamas del infierno. Personajes de fábulas como Caperucita y Pinocho atraen nuestra atención con sus vestimentas rojas. Algo me hace pensar que en estos personajes infantiles se encierran valores de insubordinación o de conducta deforme como la desobediencia y el no acatar las órdenes filiales. Quizás sea por ello que nuestras madres no nos hayan vestido de rojo en los primeros instantes de nuestra vida, y que la canastilla masculina sea en azul y la femenina en rosa, pero nunca en rojo.

La vergüenza es roja. La ira es roja. También la extrema alegría o la euforia. Y el llanto es rojo. Nuestros ojos arden; nuestras mejillas se repletan de este color; los capilares se hinchan a punto de estallar al borde del abismo de las grandes pasiones. ¿Y qué decir del amor...? Rosas rojas para damas tristes y éstas despertarán como la Kundalini, desencadenando la energía concentrada en sus genitales. ¿Y para los caballeros? ¿Salones rojos? ... Mitos y más mitos vestidos de rojo. Pero la luz roja que emana del granate de adorables labios puede hacer milagros.

No olvido la amenaza. La luz roja en semáforos y en señales rojas indica “no entrar” o “no pasar” por un sitio prohibido. La amenaza o el sentido de prohibición pende, en ciertas zonas y momentos, como espada sobre el cielo. Por no decir que, a veces, el cielo es rojo y obnubila la conciencia sin dejarnos escalar. Y entonces apelamos a ritos y a poderes escondidos en antiguas plegarias, éstas engarzadas a hilos rojos. Tampoco olvido el destino, ni el hilo rojo que enlaza, en tiempo y en espacio, a las almas gemelas.

Pues bien, hoy escribo en rojo. Ardo en deseos de sentir el don de la palabra AMOR. Y espero. Espero en blanco y negro. La luz hará lo que tenga que hacer a su debido tiempo. Y el tiempo es infinito cuando se trata de crecer.

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