PALABRAS A MIS LECTORES

ALGÚN PAJARILLO ME HA CONTADO QUE EN ESTE IR Y VENIR POR EL UNIVERSO INFINITO ENTRAMOS Y SALIMOS (SIN DARNOS CUENTA DE ELLO) POR LOS POROS DE LAS SENSACIONES.

EN TAL CASO, PIDO QUE LA SATISFACCIÓN DE GOZAR LO QUE SENTIMOS NO NOS ABANDONE NUNCA Y NOS LLEVE A TOCAR UNA ESTRELLA: LA NUESTRA.




miércoles, 10 de octubre de 2012

El perdedor.


Por Astarté.
León, España.

Recuerdo que era una mañana gris y fría cuando dejé el pueblo. No me despedí de los vecinos. Cerré la puerta y eché a andar sin mirar lo que dejaba a mis espaldas. Sabía que sentimientos breves no alcanzarían jamás mis huellas; en mi comunidad no existía ese tipo de sutileza emocional con respecto a mi ingenio. Me tenían por borracho y jugador. Les hacía un gran favor con irme lejos. Claro que lo que no sabían era que conmigo llevaba el alma de aquel sitio de Dios... El alma revestida con un cuerpo que da la naturaleza a los pésimos hijos de la sociedad; a aquellos que, como yo, no pactan con los que tiran las cartas sobre el tapete verde. Mis cartas fueron siempre las peores, las de perder. Y ni siquiera como expatriado me dan paz. Ni siquiera así... Eso del robo de las flores es pura cizaña, invento de los que quieren encubrir las propias trampas en la mesa del juego. Yo, sin embargo, jugué, sí, pero siempre limpio. Se sabía que robaba el As de trébol y que me gustaba por su inmensa frescura. Pero de ahí a eso de romper una cerca para robar flores en casas ajenas va un gran trecho. No tengo culpa. Ni de eso, ni de nada. Y ahora me salen con esta treta, siempre para darme las peores cartas, por supuesto... Vamos a ver, ¿a qué hora más o menos descubrieron la verja rota?... A las diez, ¿no? Hora improbable para robar en los jardines. Pasan todos y miran. Un usurpador no podría haber entrado así, con la gente que pasa y cotillea... A mí, la verdad, me preocuparían más los mirones, que son los que entran y salen sin pedir permiso. Son los que de tanto husmear en las expectativas ajenas, terminan por desbaratarlas. Pero un viejo perdedor como yo... ¡Vamos!, solamente querría flores para su memoria.
Morí a las nueve y robé a las diez. Sólo flores para su memoria...

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