Volvemos hoy a jugar con la intriga. Para ello, hablaremos nuevamente de sitios reales que, en Amanda, se dibujan cual micro-universos. En esta ocasión, haremos referencia a ciertos rincones o espacios mágicos; el primero de ellos carga con la magia de la Naturaleza: custodiada por el río Sil, la aldea de A Cubela esconde un misterio al que Luis se enfrentará sin comprender, ni siquiera, su propia existencia.
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| A Cubela, Galicia Pero no es todo: dentro de este rincón hay otro; es decir, una casa. O, mejor dicho, LA CASA... donde la imaginación desentierra sus raíces para lanzarse al vuelo. Una casa real, quién sabe si alguna vez habitada por los personajes de esta novela. |
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| LA CASA... |
Luego, al viajar a la gran ciudad, anclamos en otro micro-universo. Una vez allí, hallamos otro rincón en el que brillan, no ya las estrellas del cielo (que también estas brillan), sino aquellas del firmamento musical y del gran espectáculo; un rincón en el que hay un piano de cola y...
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| Rincón del piano (Restaurante Monseigneur, La Habana) |
Sí, la historia de Amanda nos habla de ritmos y luces distantes, pero insospechadamente coexistentes. A fin de cuentas, no hay río sin música, no hay misterio sin escenario... Y no hay Amanda sin mitos y leyendas. Nada es casual.
Para vosotros, próximamente, Amanda.
©Rosa Marina González-Quevedo
