Salvador Dalí, Enigma sin fin. |
Por Astarté.
León, España.
Deseo, por igual, la mano del amigo que del enemigo,
aunque la amistad sea un águila que vuela muy alto
y la enemistad, la cuenta que arrastro conmigo.
Deseo, por igual, el roce del placer y del dolor,
aunque el placer sea un papalote enredado en las nubes
y el sufrimiento, cráter que succiona el amor.
Deseo, por igual, ser blanco de sexo y de pasión,
aunque el sexo sea el astro-rey que enciende la vida
y lo pasional, la llama de la perversión.
Deseo, por igual, agotar mi tiempo entre tierra y cielo,
aunque el barro sea
hogar, semilla y abrigo
y la eternidad, sueño, paradoja y vuelo.