Por Astarté.
León, España.
Iba a
escribir versos y me salieron llagas en las manos. Así, de pronto, llagas...
Ello me hizo
pensar que, tal vez, hoy mis manos no están aptas para construir poemas. Y que
lo mejor que puedo hacer es limar la punta de mi corazón para no rasgar, por
inconsciente, el sutil pergamino de la imaginación. En fin, que es mejor que me
calle. Es mejor que sueñe, siempre que mi alma no vaya demasiado lejos (para no
dejar a mi cuerpo demasiado solo). Pero usar las manos para hacer poemas,
hoy... Bueno, al parecer, las musas también sueñan y se alejan. Y en tales
circunstancias, es mejor poner las manos en desorden y usar, directamente, el
amor.
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