PALABRAS A MIS LECTORES

ALGÚN PAJARILLO ME HA CONTADO QUE EN ESTE IR Y VENIR POR EL UNIVERSO INFINITO ENTRAMOS Y SALIMOS (SIN DARNOS CUENTA DE ELLO) POR LOS POROS DE LAS SENSACIONES.

EN TAL CASO, PIDO QUE LA SATISFACCIÓN DE GOZAR LO QUE SENTIMOS NO NOS ABANDONE NUNCA Y NOS LLEVE A TOCAR UNA ESTRELLA: LA NUESTRA.




martes, 27 de noviembre de 2012

KUNDALINI.




Por Astarté.
León, España.

Quemando su piel de tanta luz cayó en el reino de las sombras. Y el reino de las sombras estaba a dos palmos de distancia de la luz. El reptil sintió entonces que tanta oscuridad le  posibilitaba otro salto en el espacio astral. Era, en fin, la ascensión que devenía engendro. O bien la subida desde el precipicio hacia una abrupta cima atravesando un pantano de fluidos. 

Las escamas se abrieron y cerraron dejando pasar un haz de luz. Oyó voces que venían desde afuera. Y más que voces, oyó tambores lejanos. Un despampanante ritmo tropical que llegaba y se acercaba y  entraba y  enfilaba sin pedir permiso, picoteando el perfil de un sueño a través de la piel de la serpiente.

Dio gritos de dolor. Sus poros, cubiertos por escamas, se dilataron y escupieron en aquel justo instante una masa de recuerdos que tenían que ver con raíces ancestrales. Recordó, por ejemplo, que en otros tiempos se agitaba como un pez bajo el agua turbia, siempre entre las sombras. Y recordó también que del reino de las sombras el pez regresó a la luz para arrastrase, treparse, volar, andar, soñar, amar... ¡Menos mal que existe la memoria!


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